Ser diferente a los demás

 

¿Qué leyes no escritas imperan en los grupos?

Son muchas las noticias y los artículos en las que vemos y leemos cómo los grupos minoritarios son agredidos y denostados.
La pertenencia a un grupo minoritario sea por su condición sexual, su raza o su ideología es en ocasiones peligrosos, el peaje que hay que pagar por su pertenencia se paga a veces con la propia vida.

Estamos seguros que en este momento se os pasarán por la cabeza más de uno y más de dos ejemplos de lo que vamos a comentar.
Los psicólogos sociales desde la segunda guerra mundial se han preguntado cuáles son los mecanismos que cohesionan los grupos?, ¿porqué los individuos radicalizan sus posturas en ellos? ¿qué nos ofrece o mejor dicho qué ganamos perteneciendo a un grupo?
Intentando responder a estas cuestiones psicólogos americanos llevaron a cabo una series de experimentos sobre la conducta de los individuos dentro de los grupos así como los conflictos intergrupales, tratando de entender fenómenos como el fascismo, el racismo y la discriminación.

Los resultados de estas investigaciones arrojaron luz sobre temas tan importantes como la influencia social, la obediencia y el liderazgo.
Concluyeron que el ser humano necesita integrarse en grupos como mecanismo de autoafirmación, como manera de organizar su realidad. Buscamos grupos que compartan nuestras actitudes, nuestros valores y nuestra forma de ver la vida.

Esto puede ser entendible y correcto teniendo en cuenta que somo seres sociales y que el contexto en el que nos movemos es tan determinante en nuestras conducta como nuestras propias acciones.
El problema reside cuando radicalizamos nuestras posturas, cuando seguimos ciegamente a nuestro grupo por encima de la realidad y de los hechos constatables, cuando para defender nuestro equilibrio rompemos lo que no está en sintonía con nuestros ideales.

Tanto el prejuicio como el estereotipo y la discriminación forman parte de este tipo de conductas en las que los individuos atribuyen determinadas características a los grupos minoritarios, generan ideas sobre ellos y actúan en consecuencia para preservar su orden.
Se desarrolla lo que en psicología social se llama el peligroso “pensamiento grupal”.

El pensamiento grupal surge dentro de un grupo cuando la búsqueda de consenso intragrupo es tan importante que empiezan a olvidarse las evaluaciones realistas de la realidad. El grupo muestra una percepción exagerada y radical de la moral del grupo y desarrollan una percepción homogénea y peyorativa del grupo minoritario.
Actuan contra ellos en un intento de salvaguardar el orden establecido ya que su radicalización dentro del grupo les impide analizar y valorar los hechos de forma objetiva.
Pongamos como ejemplo una noticia que hace poco escuchamos en la radio y televisión. Un menor de edad sufre una tremenda paliza por su condición sexual, el chico estaba en proceso de cambio de sexo.
Los individuos que atacaron a este chico (y los que lo aplauden), están integrados en grupos cuya ideología no acepta la transexualidad como problema sino que la entienden como una forma de depravación. No aceptan otra realidad que no sea la suya, siguen los dictados del pensamiento imperante en su grupo. Por lo que como indicábamos más arriba sufren de “pensamiento grupal”.

Estos grupos así mismo generan una serie de ilusiones acerca de su invulnerabilidad, creen que son invencibles. Creen que todos los miembros del grupo piensan de la misma manera (ilusión de inanimidad) y racionalizan sus acciones, no analizan cuidadosamente las situación.
Existen guardianes de la mente entre ellos: personas que velan porque el pensamiento siga siendo uniforme, presionan hacia la uniformidad.
Está claro que el secreto de su éxito está en anular cualquier atisbo de discrepancia entre ellos, evitar las notas discordantes y preservar el orden en todo momento.

Por todo esto concluimos que la pertenencia a los grupos en necesaria como seres sociales que somos, pero con cuidado, sienpre teniendo un ojo en la realidad, siempre defendiendo nuestras posturas aunque sean contrarias al grupo, pensando que lo diferente siempre enriquece y suma. Es importante ser objetivos e imparciales, animarnos a una evaluación crítica de los hechos, ya que en cualquier momento podemos ser nosotros los minoritarios y víctimas de este tipo de comportamiento irracional.

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