Algunas experiencias en la vida nos marcan más de lo que nos gustaría. El trauma no es solo lo que ocurrió, sino cómo nuestro cuerpo y nuestra mente lo vivieron y lo guardaron.
Cuando una vivencia ha sido demasiado intensa o difícil de manejar, el cerebro puede no haberla procesado del todo. En lugar de integrarla como un recuerdo más, queda “atascada” y se cuela en el presente, reviviéndose con la misma intensidad emocional.
¿Cómo saber si un recuerdo traumático sigue afectando?
Algunas señales pueden ser:
Recuerdos intrusivos que aparecen sin aviso.
Ansiedad, tristeza o ira intensa en situaciones que parecen no justificarlo.
Síntomas físicos (taquicardia, tensión muscular, sensación de ahogo).
Evitación de lugares o temas que lo reactiven.
Sensación de bloqueo o desconexión con uno mismo.
Hipervigilancia o alerta constante ante el entorno.
Autocrítica y culpa por lo vivido.
Estos síntomas no significan que algo esté “mal” en la persona, sino que su sistema de procesamiento adaptativo no pudo “metabolizar” la experiencia. Como resultado, sigue activándose en el presente, como una herida que el cuerpo intenta resolver.
Cuando el trauma no es un solo evento: Trauma complejo y heridas de apego
A veces, el trauma no proviene de un solo acontecimiento, sino de una acumulación de experiencias difíciles a lo largo del tiempo.
En la vida adulta, esto puede reflejarse en:
Dificultades en las relaciones (miedo al abandono, necesidad de aprobación o dificultad para conectar emocionalmente).
Problemas de autoestima (sensación de no ser suficiente o de no merecer afecto).
Dificultad para gestionar emociones (intensidad excesiva o desconexión emocional).
Estados de alerta constante (hipervigilancia, tensión y reacciones intensas).
Autocrítica y vergüenza (diálogo interno duro, dificultad para tratarse con amabilidad).
¿Cómo trabajamos el trauma y el apego en terapia?
En Psicología CAPS Vigo, contamos con psicólogas formadas en EMDR, una terapia recomendada por la OMS y la Asociación Americana de Psiquiatría para el tratamiento del trauma.
Trabajamos desde un enfoque integrador, combinando diferentes enfoques según cada caso, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Psicoterapia Sensoriomotriz, la Terapia Centrada en la Compasión (CFT) o la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE).
Cada persona tiene su propio ritmo y proceso. Sanar no significa olvidar, sino aprender a relacionarse con la propia historia de una manera que no genere sufrimiento, permitiendo vivir en coherencia con los propios valores.
Si sientes que ciertas experiencias del pasado siguen afectando tu bienestar, podemos acompañarte en este proceso para que el pasado no limite tu presente y puedas vivir con mayor libertad y satisfacción personal.
Consúltanos sin compromiso o solicita una cita.
Psicóloga especialista en trauma
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